martes, 11 de agosto de 2015

UNA MENTIRA QUE NOS VENDEN COMO POLITICA

Cada que el pueblo colombiano sale a votar, lo hace con la esperanza de creer en aquel personaje que alguna vez fue a su comuna, distrito o ciudad, ese que se arrimó amablemente y con palabras prometedoras, llenas de fuerza y convicción le dijo: yo seré quien cambie las reglas para mejorar la situación.

Así se empieza a tejer la maravillosa y perfecta mentira llamada Política, ésta llega a través de protagonistas intachables en su vestimenta pero de dudosa reputación cuando se suben al mandato, y es que no hay que negar que en Colombia nuestros honorables representantes se roban el dinero que con esfuerzo ganamos, ese mismo que les regalamos a través de los impuestos para que ellos se encarguen de despilfarrar en carros y lujos innecesarios.

Con esa manera de gobernar y endulzar el oído de los demás, estos actores de la Política nos venden sus ideas a través del canje, usted me da el voto y yo le ayudo a impulsar su negocio, juegan con la necesidad del pueblo para lograr sus acenso en la larga carrera dentro del gobierno y es que para nadie es un secreto que se aprovechan de la ingenuidad del pueblo.

Este fenómeno gubernamental se da en todos los países, en muchos se respeta y se da cierto equilibrio, pero en la soberana Colombia no es más que una manera sarcástica y fácil de hacerse rico mientras se burlan de la gente, pues en el poder solo existe el ambicioso que usa a los narcos para financiarse, la famosa narco-política, el que protege a los criminales para que no le quiten el sustento, el aprovechado que aprueba impuestos para seguir robando el pueblo, el poco inteligente que no apoya sus maestros, el que no invierte en Salud y que licita obras de infraestructura al país como fachada para llenar su bolsillo en el pantalón Armani que llevan puesto.

Cabe aclarar que no todo es tan malo como se pinta, hay Políticos buenos, decentes, que quieren realmente un mejor futuro para el país, pero si hacemos promedio no alcanzan a ser ni la tercera parte de todo el gremio.
Son pocos los valientes que luchan de verdad, que no buscan el beneficio mintiendo a su gente y creando una farsa mentira tras mentira que al final explota y nos desangra la patria, como si no fuera suficiente la violencia que ya nos azota.


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