martes, 11 de agosto de 2015

Malicia Indigena

La Malicia indígena es eso a lo que llamamos talento, un don o capacidad que todos los seres humanos adquirimos con el paso del tiempo y a través de diferentes experiencias en donde el más vivo es el que gana. Esta se usa para sacar provecho o ventaja de situaciones adversas y generalmente va acompañada de pequeñas mentiras piadosas, sutiles e improvisadas, para engañar y justificar actos de manera rápida y ciertamente creíble.

Aunque en todo el mundo se usa, desde la china hasta Guatemala, los expertos en el tema dicen ser los colombianos, y es que aquí en nuestra tierra se maneja esa agilidad mental para usar el error del otro como un acierto a favor y resolver cualquier situación, que puede ser desde una negociación importante hasta aprovechar el despiste del profesor para sacar el chancuco y darse la ayudita en el examen.

Sin embargo, y a pesar de todas las particularidades con las que nos llaman a nivel mundial como charlatanes, ventajosos, vivaces, perspicaces, astutos y demás, se ha ido perdiendo esa chispita picara y maliciosa que nos ayuda a solucionar problemas que a diario se presentan, así lo revelan los resultados de las pruebas PISA (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes) a cargo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) quienes evaluaron a 85.000 mil jóvenes de 15 años en 44 países.

La prueba se basaba en resolver problemas cotidianos prácticos de la vida y, de manera inesperada, Colombia quedó en el puesto 399, es decir el último de la lista. Esto nos lleva a replantearnos esa malicia indígena que nos caracteriza y preguntarnos  ¿realmente la usamos de manera adecuada?, si bien es cierto somos los pioneros en mentir y sacar provecho de toda situación pero tristemente asociado siempre a causar daño o herir a los demás, pues no es en vano que seamos el país que mejor diseña estrategias para transportar mercancía ilegal a nivel mundial o que nos reconozcan en otros países por ser ladrones agiles y astutos, cosa que se ha ganado a pulso y que diariamente se ve en los noticieros, muchas veces hasta nos parece gracioso y salen frases como “ahí estamos pintados” o “eso mejor que roben por allá y no acá, porque uno bien pelao”.


Lastimosamente los colombianos tenemos el chip diseñado para hacer daño y trabajar constantemente en la debilidad del otro y no usamos esa perspicacia para crear unión y ayudar al prójimo, la malicia indígena no es necesariamente mala o buena, esta depende de cómo la usemos y la nuestra claramente está dirigida de manera egocéntrica y fatal. 

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